Letter of blood


Que te jodan a tí y al resto de tu putrefacto mundo. Que te jodan por pensar en ser egoísta a veces, por tus intentos de sinceridad que jamás llegan a nada. Que te jodan por tratar siempre de simplificar las cosas y hacerlas más fáciles, cuando en el fondo lo único que haces es retorcer más el nudo del problema. Que te jodan por infravalorarte, por creerte que no eres capaz de cambiar el mundo, que no tienes algo especial y que te veas imperfecta. Que te jodan...

No prevaleces ante nadie por tener una propia perspectiva, ni pensar que todo tiene solución; tampoco por ser afable a todo tipo de circunstancias. Tu mundo no es real, es una abstracción de tu mente en la que conviertes todo según tus intenciones inocentes sin trasfondo, la realidad en la que vives es como la que sueñas, pero con la diferencia de que todo es más difícil y sin embargo, te niegas a aceptarlo.

Las cosas van según vienen, no puedes cambiar el transcurso de la historia. No puedes imaginar algo que sabes perfectamente que no ocurrirá, algo ficticio... La razón es que es tu corazón lo que controla a la mente y la retuerce, debilitando tus esfuerzos de supervivencia a la existencia de lo material. Profundizas más allá de las apariencias, te integras debajo de una máscara corrosiva que puede quemarte pero a la que tú no temes, porque es algo por lo que no te importa pasar...

¿Sabes cuál es el motivo de tu enraigada paranoia?
Guardas rencor hacia mí, me odias, y hasta que no sepas controlar eso nada cambiará. No estás agusto conmigo del todo y es por eso que te desquebrajas por dentro. Pero... no puedes evitarlo, es algo que está ligado a tí, intrínseco en tu persona...

El antifaz te queda impecable, pero eres consciente de que no siempre te durará.
The time is running out...

Astillada

Revuevlo mi pelo intentando ordenar mis ideas por orden alfabético y prioritario... La primera eres , y después, el resto. Despierto de mis ensoñaciones diarias en la que tú siempre estás presente, portagonista de cada distracción latente en mi mente. Sigues ahí, como al principio...
Pasan los días sin verte, y cada dia te odio más por no estar a mi lado. Ese recoveco que guarda mi corazón por la angustia notoria de la noche en que te marchaste, ese punzante dolor que se clava en mi pecho cuando tu recuerdo viene a mí.

También me culpo a mi por no saber qué hacer en momentos como éste, si quedarme y esperar o tomar las cosas e ir corriendo detrás tuya. Y... aunque parezca mentira, lo segundo es lo que hago sentada en esta silla de madera, astillada como yo. Los días tachados del calendario me llevan al momento en que pude tocar tu piel, y los que quedan por rayar me sumergen en la pasiva espera a tu regreso.

Muchas veces trato de buscarte, y aunque no te encuentre sigo desordenándolo todo.
Porque creo en, y en esto.