... cada palabra comprometedora de nuestro vínculo.
... que si lloro, te pondrás la nariz de payaso para hacerme reír.
Salir a la calle en busca de sabores.Revolver en las miradas de los transeúntes. Gestos, pasos que se alejan. Cabezas llenas de abstracciones y a la vez simplicidades. Huellas invisbles impregnadas en el asfalto me llevan hasta el banco del parque. En el otro extremo tú, con incesantes melodías en la mente, al igual que yo.
Corazones que laten al msimo ritmo, pupilas dilatadas que observan las profundidades más ambigüas. Mechones que caen a merced del viento, dientes tímidos que la boca muestra. Una melodía, un compás, un tiempo dedicado a tu piel. Una nota, un arpegio, tan sólo armonía es lo que siento cuando te siento.
Sólo necesito que sonrías para que la bomba que tengo en el pecho estalle en mil pedazos.
... Siento miedo, a veces desearía parar el tiempo para detenerme a pensar las cosas un poco. No ser tan impulsiva, que mis neuronas lograsen contener un poco más cada respuesta.
... La exasperación se acomoda en mí, por querer y no poder. Contenerme y aguantar la energía que albergo para no estallar y hacer daño.
... Un cosquilleo trepa por mi espalda. Son tus manos quienes la recorren, y es mío el placer de dejarlas juguetear por mi cuerpo.
... Tus ojos iluminan el vagón de Ismael Serrano. Logran producir una anomalía en mi sistema nervioso que consigue ladear mi labio hacia el cielo.
... La noche parece día si estoy abrazada a tu cintura. Si me quedo colgando de tus labios, las horas se hacen minutos, y los segundos son aplastados por nuestros besos de terciopelo.