Cínico.

Despierta.
Pestañea dos veces.
Quítate el pijama.
Ve al baño y lávate la cara.
Desayuna un vaso bien frío de leche.
Con galletas.
Estornuda por la pereza.
Abre la ventana, para que Don Lorenzo se asome.

Imagina cómo habría sido todo sin tantos "pero" por delant. Intenta que tu boca muestre los dientes un poco más al mundo. Resuelve las infinitas cuentas a la hora de hacer la compra... Y las de la tarjeta de crédito. Busca un pantalón de la talla 40 que se ajuste un poco al muslo y una camisa escotada. Mira al sol con gafas negras. Aplaude a las palomas que inundan la plaza. Saca el euro que llevas en el bolsillo y regálate un refresco. Abre ese libro que dejaste a medias en la estantería, vete a un césped y léelo con toda la tranquilidad del mundo. Sacude el polvo de tu vestido y quema la ciudad con él. Tontea con el portero de la discoteca y pasa de gratis. Habla con el Dj para que deje caer tu canción preferida justo cuando estás en mitad de pista. Haz que una centena de ojos se claven en tus movimientos. Libera el instinto animal que llevas dentro. Deja huella en quien te apetezca. Consigue que tus labios pierdan el color. Bebe hasta que la vejiga te diga para. Asquéate de los baños y las alfombras blancas que alcanza tus pies. Toma equilibrio para no tocar el retrete. Escapa del averno. Clava los tacones en el asfalto. Devuelve el saludo a los cláxones que pasan a toda velocidad.

Vuelve a casa.
Cierra la ventana.
Estornuda por el aire.
Cena un buen vaso frío de leche.
Sin galletas.
Vuelve al baño y lávate la cara.
Ponte el pijama.
Cierra los ojos.
Sueña...

Sueña con todos esos sabores que te quedan por probar.
Piensa en otra manera de ser en la que te gustaría haber desenvuelto tu vida.

Náuseas.

Siento que el silencio me eriza toda la piel, que el tiempo pasa lento, y tu mirada me desnuda desde la cabeza hasta los pies. Pero qué voy a hacer, si no te oigo bien y todo lo que dices me deja del revés. Voy a mentir, voy a romper tus promesas en pedazos de papel.

Llévame a un lugar sin nombre.
A un universo deforme donde estemos solos los dos.

Coward.

Puños que se alzan al fuego, palabras que quiebran el Ártico. Balas de goma que atraviesan paredes y autopistas dirigidas hacia el infierno. Lágrimas que rebotan en el suelo y lagos teñidos de gris, un cielo que llora sangre, que se muere por vivir. Miradas de doble filo buscan otoños que tartamudeen ojas perennes, lenguas sedientas de una salida estupefaciente. Nervios que nacen mientras las historias se hacen, fruto de jugadas en las que el rey tiende a enrocarse.


Guiños cómplices que acompañan al café mientras se apagan las velas del pastel. Manzana gravitatoria que esquiva las flechas de Guillermo Tell, fomentar un juego no basado en ganar o perder. Olvidar los martes negros, y buscar en algún rincón un poco de esperanza; sentirse como gato en el tejado esperando a que el sol salga.


Horas que dan paso a una vetusta decadencia
Bonsai que se nutre de tierna impaciencia.

Frágil.

Contar
Hasta tres.
Observar
Cuadros blancos, negros.
Arder,
Rasgar la realidad.

Languidecer
Un segundo.
Cabalgar
Hundir
Aguantar
Rabia del mar.

Contar
Una a una tus pecas.
Memorizar
Palpar tus huellas
Lucir
Inconscientemente
Rayos de vanidad.

Permanecer
Roto y confuso,
Obstinado a la moral.
Masticar
Ecos de vergüenza
Saciar,
Alimentar tu anorexia
Sílabas de oquedad.

Rayos y centellas.

Una minucia en medio de la multitud que pinta sueños de inocencias compartidas. Incendios que provoca mi corazón, que logran hacerlo rebotar en la caja de tu pecho. Cicatrices que me dejan sin aliento, y logran que la nostalgia tome el control de mi mente. Un tejado que va antes que los cimientos, y cohetes que vomitan mil colores en el firmamento. Una lengua que no deje salir las palabras de tu boca, un destino cualquiera porque no importa donde llegar, sino ver el amanecer.

Reduce el tiempo entre decisión y acción, que fluya todo un caudal de sucesos. Contar secretos a las estrellas de madrugadas, sentirse como un gato vagabundo. Bañar tus labios con mis lágrimas de despedida, tomar el último trago de tu voz antes de marchar.

Quedarme sin palabras toda una noche...
para llegar mañana y poder interrumpir tu silencio.