Diámetro al alza.


Esta noche tengo ganas de verte, de sentir cómo tu piel muerde la mía.
Esta noche me quemo por dentro, de la impaciencia que se revuelca en mis venas.
Repaso cada poro de tu piel el mi mente, cada beso tatuado por tu cuerpo, cada pequeño recoveco donde he decidido guardar mis secretos.


Deja que tus pulmones respiren mi aire.






Invéntame.

Tíñeme el cabello de un color más claro, esculpe mis muslos, mis líneas, mis curvas y mis pechos. Hazme unos labios más carnosos, dibújame ojos levenmente rasgados y mancha el iris con un color afable. Que la menea que creas ondee al viento como una bandera patriótica, mis dedos largos sean más traviesos y mis orejas, pese a tornarlas pequeñas, tenga similitud de lince. Tatúa cada ápice de mi piel o borra cada lunar que no convenza a tu mirada. Puedes calarme hasta los huesos, y puedes agarrarme la carne que desees.Modela un dulce gorgojeo por voz. Diseña mis florituras al hablar, la profundidad con la que te llego a mirar, y las sonrisas más encantadoras que imagines. Añade paciencia finita, enfados constantes pero con un reencuentro mejorable cada vez. Mezcla un poco de orgullo y prejuicio con leve hipocresía u honestidad. Revuelve cada elemento a tu gusto, combínalo como desees...


Pero sabes que, al fin y al cabo, esa no sería yo realmente.
No es cuestión de conformarse con lo que hay, sino ser capaz de valorarlo.

Cierre.

Tendemos a cerrar cosas por naturaleza, y sin embargo no se nos pega la costumbre de abrirlas. Un cajón lleno de recuerdos, un armario repleto de las antiguas pieles que solías llevar y en cierta manera te marcaron, una recóndita caja, escondida debajo de la cama durante años que contiene la sonrisa que hoy llevas delante de ella. Son recuerdos lo que esparcemos al mundo entero y lo que a nosotros llega, pero tan pronto queremos como igual de rápido se nos olvida el afecto.


Calma las ansias de ese corazón que remolonea en tu pecho, calla la aprensión que te grita al oído. Recoge las perlas de sal que esparces por el suelo y lánzalas al aire en un arrebato de júbilo. Prepárate para dejar la ventana entreabierta. A la de una, a la de dos...
A la de tres.

Atlantis.


El Atlántico nació hoy y te contaré cómo...
Las nubes se abrieron sobre nosotros  y lo dejaron caer.
Yo estaba de pie, en la superficie de una esfera perforada
Cuando el agua llenó cada agujero.
Y miles sobre miles hicieron un océano haciendo islas,
Donde no debería ir ninguna isla...

La mayoría de la gente estaba loca de alegría, cogieron sus botes,
Pensé en ello menos como un lago y más como un foso.
Los ritmos de mis pisadas atravesando llanuras hasta tu puerta
Han sido silenciados para siempre jamás.
Y la distancia es sencillamente demasiada para mí, para remar.
Parece más lejano que nunca...


Te necesito mucho más cerca.

Espiral del silencio.



Dibujar esa sonrisa traviesa en mitad de la oscuridad que origina la noche. Traducir tus miradas en ilícitos y cómodos pactos. Evitar el desahogo que producen los silencios a cambio de dóciles caricias. Deshauciar los miedos que viven dentro de tu bomba cardíaca, despojar todas las armas que tengas hasta que quedes desnuda ante mí. Dispersar los besos que escondo por el contorno de tu espalda, y que aprecies aquello que los ojos son incapaces de ver. Alientos líbidos que abocan al abismo de tu figura. Devórame.

Estrangula mi espalda con tus uñas, degusta el aroma de mi piel mordiendo tu piel. Zarandea tus caderas para mí, demuéstrame que sigues viva. Rehusa de trucos y cartas, desecha cualquier As de tu manga. Llámame necia por querer descubrir el ímpetu que guardas. Idealiza la quimera de esta mente ingenua, inconsciente de cualquier imprudencia. Arráncame el temor a equivocarme. Extirpa cualquier idea absurda que me ronde por la cabeza. Sujetaré tu abatimiento con mis brazos, hasta que remonte el vuelo. Quemarme en las cenizas de tus llamas y volver a nacer, a expensas de vacilar un instante.


Huellas que derivan en un océano desconocido.
Lo que tu no sabes es que yo soy una pirata.

Mad about you.


Quisiera poder arrancarme esta desazón que me agita por dentro, que llegase ya el momento en que derramases tus caricias por mi cuerpo y la noche concibiese una mañana abrazada a ti. Suspirar sensualidad a tu alrededor, dejando a tus manos descubrir los huecos recónditos de mi figura. Que tus ojos me regalen una sonrisa cómplice y tu boca intente devorarse a sí misma. Dedos que se entrelazan con tu cabello de por medio, mi aliento que se seca al contacto de cada mirada, y tu saliva se reseca en mis labios insaciables. Esconder mis miedos y cambiarlos por la calma que tus abrazos me producen. Sentirte tan cerca que mi respiración bailase en tu oído y tus dientes mordisqueasen mi clavícula; escalofríos a causa de tu lengua indiscreta y espasmos que te producen mis impulsos. Susurros que guarda la noche a razón de una luna sonriente, gestos que confabulan a contracorriente de un hastío ficticio.


Anhelo lo que no tengo, lo que me falta.
Eso que me hace quererlo con más ganas.