Afil(i)ándome

No sé como comenzar
a escribir algo con sentido,
algo que merezca la pena
ahogar en cualquier bar.

Se han caído y roto
las ganas de comerme
el mundo y ahora
me conformo con
las migas del pastel.
Se me han agotado
los días libres donde
poner mi cabeza en otro lugar,
en otro momento,
en otras pupilas
que no sean las del espejo.

He llegado al punto
en el que no me encuentro
y sigo esperando que me busques,
donde la vida te arranca los frenos
para que, si es necesario,
me deje la piel
y los dientes
en el camino de vuelta.