Espera a la luz...

Divago en un largo pasillo negro, con algunas que otras luces de neón por los lados, de color azulado... Suena una lenta musiquilla de fondo que aumenta su volumen cuanto más camino... Soy incapaz de ver algo sin que sean los neones, ningún atisbo de luz cerca, ninguna señal de que no esté sola... Mis pies, descalzos, se mueven en dirección recta sin movimiento capaz de pararlos o retenerlos. Los ropajes que llevo los noto bastante amplios, como si fuera un camisón o algo por el estilo... Son segundos mas tarde cuando la música deja de ser tan delicada y cobra una fuerza mayor a medida que mis pasos aumentan por centímetros.
De repente choco contra algo duro , y el golpe produce una desestabilización en mi cuerpo que reacciona dando un paso atrás y así evitar la caída al suelo. Mi mano se posa en la frente, por la zona afectada, mientras mis ojos se cierran fuertemente y mis dientes se apretan para no emitir sonido de queja que pueda alertar a algo o alguien.
Sin embargo, el sonido de la música más profunda cada vez obtiene más vida y se introduce en mi cuerpo y obliga a que la mano protectora de la frente toque contra lo que me choqué, palpando. Parecía madera pero no estaba segura. En mi mente se me vino la imagen de una puerta y me acordé del pomo, por lo que mi mano salió en su busca a lo largo de todo el espacio al su alrededor. Seis segundos más tarde obtuvo una respuesta a la izquierda, de altura como mi cadera, metálica y fría como el hielo, redonda. Tomo el círculo salvador de la oscuridad, giró despacio 90º a la izquierda y se abre hacia delante poco a poco... Voy viendo un efímero rastro de luz que se expande a medida que voy abriendo más la puerta, hasta tal punto que me ciega, obligándome a cerrar los ojos. Y cuando he soltado el pomo y la puerta sigue su camino inicial, dándome paso a entrar en la habitación.
Cuando la luz consigue adormecerse, mis ojos se abren lentamente y tratando de masticar las primeras imágenes obtenidas de la habitación. Un cuarto gris, sin ventanas, con una cama desbaratada y deshecha, y en la mesita de noche, al lado de la lamparilla, un altavoz del que surgía la música... Entro caminando despacio observando todo cuanto puedo, hasta donde mis ojos alcanzan y al verdaderamente aceptar que no hay ventanas, que no hay más salida que aquel pasillo negro de neones azules donde me encontraba desde un principio, decido quedarme en esa habitación, en ese cuarto sin ventanas... Esperando al sol que me libre de estas tinieblas, de esta libertad presa por cadenas invisibles que me tienen atada a un camino monótono y sin final... Un cuento de no acabar, una historia de donde no podré salir jamás...

"cuando menos te lo esperes, una luz te guiará en tu camino. Ahora sólo queda esperar que otra te habra la senda del destino; sino, espera a que amanezca y puedas seguir tu misma la senda..."




-delirious*

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