No muerdas antes de haber ladrado.

Lugar de imperfección

Revuelto, desordenado y todo un caos. Palabras enredadas en el silencio de una respiración arítmica. La desesperación se va construyendo hasta que llega a tocar las aglomeraciones grisáceas del telón añil que se cierne sobre nosotros, inundándonos de agonía y transmitiendo la intranquilidad a través de nuestras venas. Las mentiras han llegado demasiado lejos, es hora de escribir un punto y aparte en la danza maquiavélica que tan sólo dibuja círculos en el suelo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La muerte en compañía no es la muerte, ni siquiera para los incrédulos, porque lo que más duele no es dejar la vida, sino abandonar lo que le da sentido.

22 de febrero de 2011, 13:25

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En mis silencios

digo tantas cosas

que ni yo misma

sé cómo reaccionar.


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