Cosmos.

Raíces que entrelazan mis piernas al suelo, dejad que la tierra me trague. Ser uno con la natura, ser uno con todo. Saborear la brisa fresca que amedrenta toda mi figura, enseñarle los dientes al miedo y protestar una vez más en contra de cualquier tormenta. Que la voz sobreponga los relámpagos, y el fuego de mi mirada sea más potente que el de cualquier trueno. Montañas que rugen por un nuevo cambio, desiertos que emanan agua para los sedientos del camino. Estrellas surcan un cielo despejado de constelaciones deformes y nubes lloronas.

Mi casa es el mundo, y no soy más que otro habitante que lo puebla.

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