Barco en llamas.


Las palabras se rompen y caen por todo el suelo. Mis pies desnudos no pueden evitar pisarlas y que la sangra se expanda por toda la habitación. Duele mucho más por dentro, saber que mi piel en un par de horas dejará de borbotar líquido pero lo que se me resquebraja por dentro, tardará un tiempo en coserse. Las ventanas se quedan cerradas hasta nuevo aviso, y la puerta está bajo llave. Mis gritos no retumban en el cuarto, el auxilio no llega y no hay manos suficientes para socorrerme. El único impulso que me brota es apretar los ojos con fuerza y tratar de convencerme que realmente estoy bien. Pero no es así. No hay papel en blanco, todos los cuadros están pintados. Escribe sobre mi piel: "Sé fuerte".

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