A veces el silencio
no es una forma de atacar.
Basta una
mirada para
poder dar de que hablar.
Hunde tus raíces hasta
lo más profundo de mi ser.
Y deja que respire tu aire...
Antes de que cuente
tres.
Ensucia mis palabras
sin importar el qué dirán.
Camina por mi
espalda sin rozar
esta frágil columna vertebral.
Hunde mis dedos hasta
el punto más
intenso de tu piel.
Déjame invitarte a este baile...
Antes de que suenen las tres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario