Espacio en blanco.

Esconde ahora que puedes tu voz,
fusilemos las palabras para
crujir el silencio con nuestros cuerpos.
Hagamos profundas las raíces
que un día dejamos sin tiesto,
y que los huecos del aire
se rellenen de miradas ausentes.
La impaciencia como tu firma
en mi espalda marcada a fuego.
Hagámoslo rápido,
hagámoslo lento.
La noche sucede a otra noche,
y la rigidez de tu pecho
se torna en calma.
Todavia no han nacido nervios
que amarguen nuestras veladas,
que se traduzcan en palabras
y entierren suspiros de desgracia.


Cambia de nube, cambia de noche,
que el cielo sigue siendo el mismo
en esta ciudad de Granada.

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