
Banderas que se alzan, lágrimas que el suelo para y murmullos de una ciudad desgastada. Cuando los torreones se iluminan, tan sólo queda esperar a la llegada del tsunami. Las aves volaron lejos de aquí y el resto de manadas migraron, antes de que todo estallase. Sólo quedaron los animales supuestamente racionales para que llegara a su poder unas mortíferas armas capaces de engendrar un caos.
La revolución estalla, la ciudad arde. En la retina se queman los recuerdos que las pupilas grabaron del ayer, la ira observa la destrucción que se olvidó cuando vino el mañana. Es hora de apagar las luces, es hora de lidiar con nuestros desafíos y tomar el poder de nuestras vidas.
Guerrilla Radio.
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