Incendio.

Es trepidante la manera en la que me miras, peligrosa la forma que mis manos se enredan en tu pelo. Cuanto más me acerco, más me impone la idea de arrancarte los labios a besos.
Mis dientes son los alfileres que cosen tus heridas.
La oscuridad es mayor a cada paso, las luces desaparecen con sólo una palmada. Deja que sea tu guía en esta habitación, que mis brazos sean tu cama y tu cuerpo el manjar perfecto de esta deliciosa noche.
Olvídalo todo, aquí solo existimos tú y yo.
Levita en mi éxtasis, suspende el tiempo, para que sean nuestros ombligos los únicos mundos donde presentes. Baja los párpados, gírate 360º y unas cejas fruncidas unidas a unos labios en forma de U estarán esperando con ansia tu llegada.

Déjame sin aire, sin aliento.
Quiero notar que el fuego de tu piel me abrasa por dentro y por fuera, que tu lengua calme todo aquello que estremece mi ser. Sacia tu sed con mi piel, sacia mi apetito. Las palpitaciones de tu corazón rebosan tu figura, cada vibración eléctrica que siento proviene de tus incesantes susurros...

Entrégame tu pasión.
Provoquemos un incendio.

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