Sucedáneo.

Todo emerge por razones inocentes que parten del corazón, naufragan en tu respiración y terminan colapsando en mi sistema nervioso. Cada recuerdo aviva los punzantes alfileres que se clavan contra mi piel, una y otra vez...
La realidad se convierte en pesadillas abstractas o infantiles enagenaciones, y es cuando menos lo esperas que sobresaltada despiertas del limbo en el que nuestro cuerpo se ha acomodado. Quiero y no quiero despertar, desenredarme y volar, descansar y permanecer apaciguada. Tantas ideas recorren mi mente que no sé donde apoyarme, no veo atisbo de claridad al que agarrarme.

Haga lo que haga el resultado es daño... y más daño.

La sangre tiñe el rostro de los instantes enterrados que afligen mis suspiros. Las mañanas parpadean el gris apagado de mi mirada, camuflado con el torrente de mi lagrimal. Una correa asfixiante de la que deseo deshacerme, y sin embargo, me cuesta imaginarme sin ella.

Despertar mariposas con un arrebato de color.
Tan fuerte que hasta se me olvide respirar...
Suspira y dejate llevar.

1 comentario:

hachico628 dijo...

no se te ocurra pensar de que haras daño sin mover nada de tu puzzle...