Invéntame.

Tíñeme el cabello de un color más claro, esculpe mis muslos, mis líneas, mis curvas y mis pechos. Hazme unos labios más carnosos, dibújame ojos levenmente rasgados y mancha el iris con un color afable. Que la menea que creas ondee al viento como una bandera patriótica, mis dedos largos sean más traviesos y mis orejas, pese a tornarlas pequeñas, tenga similitud de lince. Tatúa cada ápice de mi piel o borra cada lunar que no convenza a tu mirada. Puedes calarme hasta los huesos, y puedes agarrarme la carne que desees.Modela un dulce gorgojeo por voz. Diseña mis florituras al hablar, la profundidad con la que te llego a mirar, y las sonrisas más encantadoras que imagines. Añade paciencia finita, enfados constantes pero con un reencuentro mejorable cada vez. Mezcla un poco de orgullo y prejuicio con leve hipocresía u honestidad. Revuelve cada elemento a tu gusto, combínalo como desees...


Pero sabes que, al fin y al cabo, esa no sería yo realmente.
No es cuestión de conformarse con lo que hay, sino ser capaz de valorarlo.

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