Asfixiada.




Si este lenguaje es capaz
de provocarte,
incluso entre los sueños más fríos
para hacerte el amor con sonidos
o navegar por tu pelo.
Cambiémonos las pieles,
con perversiones y sin palabras,
que los dioses sientan envidia
de esta decadencia que buscamos.
Enreda tu lengua en la mía
para no hallar salida alguna
de este laberinto de ideas,
diversas y perennes,
hasta llegar al epicentro de
tu mirada
aún vacía,
y la mía
aún asfixiada.

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