No creerías la cantidad de veces
que te has cruzado por mi mente.
De punta a punta,
terminando en suspiros.
Esta boca se enfrenta a constantes
ataques gratuitos de mis dientes,
y se me revuelve el pelo
entre los dedos,
entre frase y frase,
lamiendo los restos
de una deliciosa cena
entre tu cuerpo y el mío.
No creerías la cantidad de veces
que he pensado en hacerte de todo
sin llegar a nada.
Con la lengua atada a meras palabras
que languidecen entre tus labios.
Descorcha el champán, cariño.
La noche va para largo.
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