Por debajo del equilibrio.



Hice lo posible para
 
que no apagaras la llama,
 
pero era tarde.
 
Ya habías soplado.
 
Me dejé la piel cada día

entre tus sábanas,

entre cada palabra suicida

de tus labios.

Arrancarme la carne

no fue suficiente,

y quemar tu perfume,

tus besos,
  
provocaron el
 
colapso de este
 
helipuerto
 
carente de anhelo.
 


Te quiero
hasta dentro de las heridas.

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