Tacto áspero.



Saltan a la vista
todos fallos cometidos,
todos los miedos infranqueables
que tengo que ser capaz de arrancar.
Quedan desnudas las miradas
ante las cicatrices,
son tantas las historias que contar
y las noches que me quedaría
despierta narrándotelas.
En esta partida de ajedrez
tu reina se come a la mía,
pero es mi mente la que dibuja
el contorno de tu cuerpo desnudo.
Hacer las maletas para mudarme
al epicentro de tu cuerpo,
y allí curarte las heridas
que no han parado de crecer.


A veces las cosas hay que llorarlas,
así que hazme un hueco esta noche,
ahora que ha parado de llover.

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