Septum.



Suspiros que mordisquean mis pensamientos.
Espasmos que conectan.
Un ataque masivo de tu piel contra mi piel.
Deja que nuestras manos hablen por sí mismas.



Tú tan tímida
y yo tan idiota
por no decirte nada.


Cada susurro provocaba un nerviosismo
imparable en mi piel.
Pasé cerca tuya y
nuestros suspiros se encontraron.
No echemos las cartas,
ni leamos nuestras líneas.
Escribamos la historia y a ver
por dónde termina.
Que durmamos cuando 
las farolas se apaguen,
y el ajetreo de la ciudad
se nuestra canción favorita
antes de cerrar los ojos.


La imaginación es el arma más poderosa
que ha tenido el ser humano.
Y, por desgracia,
la más desaprovechada.

No hay comentarios: