Rozarte el alma
con mi lengua,
que llegaras al orgasmo
con cada mirada que te lanzo.
Hacerte retroceder
hasta que tu espalda
haga contacto con el frío
que guarda la pared.
Esta habitación
se me queda pequeña,
me mudo entre tus muslos
que pintan mejor
a este cuadro de inseguridades.
Si me quedo despierta
es para follarte toda la noche
a base de versos
y de besos,
inundarte entre mis manos
mientras suplicas que siga,
que siga
y siga.
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