Pienso en ti
todas las noches
que tu piel no toca la mía,
y sé que al Barça
no lo supera nadie
pero formábamos un buen equipo.
Al toque,
de tu boca a la mía,
y me toca otra vez.
Cada asalto
una herida nueva,
los bolsillos vacíos
y una bolsa de pipas
a estrenar en algún banco.
A esperar el tren de las menos cuarto.
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