Ahora es bien.


Siempre pensé en dedicarte unas palabras en alguna de esas canciones que tengo a medio hacer. También pensé que tu cara era la cosa más bonita de ver por las mañanas. Imaginé tu cuerpo aún tumbado en esta cama que ahora se me hace enorme. Dime entonces, de alguna manera, qué hago ahora que no estás. Que cada vez tu cara está más borrosa en mi cabeza, porque me niego a levantar los marcos de las fotografías de la mesa. Quiero esconder tu recuerdo en lo más profundo de mi ser, y desear con todas mis fuerzas que todo hubiera seguido igual de perfecto, aunque ni tú ni yo éramos modelos a seguir.

Ahora quemo esta agonía con canciones tristes, para recordarme el universo aquel que una vez gobernamos, capitanes de una flota a medio hundir. Nuestros sueños se hicieron añicos, todo por una bata blanca y un par de papeles.


Qué hago yo ahora, si no sé hacer funcionar mi mundo sin el tuyo.

No hay comentarios: