Tengo las manos frías
de aguantar
tus sonrisas a medio hacer
tus palabras tus miedos tus inseguridades
todas las cosas del mundo
guardadas en mi mirada
y escondidas bajo mi piel.
A veces los recuerdos
vuelven a quemar por dentro
respiras canciones
tiemblan lágrimas
se ahogan momentos
mientras tú te limitas a
echar raíces en otra isla
curando heridas a base de mordiscos
bebiendo amargas decisiones.
Porque cuando cierras puertas y ventanas
no seré yo quien te diga
que
respires.
Ahora soy yo quien se mira al espejo
y no se asusta.
Para eso tiré el miedo a la basura.
Que le den por culo al mundo que siempre había buscado fuera
cuando en realidad el que quería lo tenía guardado
dentro de mí.
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