A tijeretazos.



A veces pienso que ya he sentido
todo lo que tenía que sentir
, que lo que vendrá después
son versiones
más pequeñas
de lo que ya he sentido
Que el alma se me salía por la boca
cada vez que susurrabas
y la sangre no podía ir
más deprisa
cuando tu piel 
hacía contacto con la mía

Me guardabas besos
en los bolsillos
de chaquetas
que ya no me pongo
, por eso ahora
nadie me besa las manos
y pongo de excusa el invierno
para sentir algo
de calor
en los dedos

El mundo lo hice
a nuestra medida
, un paraíso entre sábanas
y un corazón dispuesto 24 horas
por si en algún momento
necesitabas inyección 
de adrenalina.

Al final fui yo
la que terminó enganchada
al olor de tu piel recién follada
, a los pelos revueltos
(en tu cabeza, claro)
, a la batalla por ver quién
prepara el desayuno
y quién recibe
con las piernas abiertas.

Hace tanto calor
que se derriten hasta las piedras
cuando tu ego y el mío
revolotean en sábanas 
tan gastadas como nuestras pieles
y declararnos la guerra
a piedra o papel.

Aunque yo soy más de tijeras.


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