Nos dedicamos a romper esquemas
contra la pared
a abrir nuestras propias heridas
para así ser capaces de sentir algo.
Si la sangre no tiembla
es que hay un pez nadando a contracorriente.
Las noches no pueden ser buenas
sin una botella bajo el brazo
y un amigo que aguante las penas
que en las copas no logras hundir
o que terminan siendo ellas las que te ahogan,
Cuidado,
que vienen curvas
y esta vez no son las de la guitarra,
ella ya está cansada de oírme llorar.
En caso de emergencia
hay una puerta de salida claramente señalizada,
y fíjate que siempre leo el manual de emergencia
nada más subir al avión,
pero me emociona más tirar del paracaídas
porque en caso de fallar
la hostia sirve para algo,
a veces.

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