Cuestión de re-accionar.

Entras por la puerta y
no sabes cómo sentirte
, si aliviada por el remanso 
que nace del epicentro de este cuarto
o destrozarte el corazón
con el puño
para luego reconstruir
cada pedazo con impotencia.
El frío me eriza la piel y sube hasta la garganta
y un nudo marinero se enreda
entre la piel y el estómago.

No hay comentarios: