Rugido oceánico.


Thrice - Digital Sea

A veces se me olvida
la profundidad del océano
que llevas colgando en tu mirada
, donde hay piedras
que han dejado de romper olas
para poder partirme a mí.

He llegado a destrozar corazones
que sólo buscaban mi costa
, y es que yo
no soy mujer de puerto
sino marinera de afición
y capitana de un barco sin vapor.


Las olas se escapan
y vuelven
, algunas sin aliento
, otras borrando huellas.


Cuando quise darme cuenta
estaba en mitad de aquel mar
, observando cada gaviota 
,  degustando cada brisa marina
que escapa entre mis labios.

Dijiste que la paciencia sería
tu mejor aliada
hasta que decidiste
darle la espalda al mar
para contemplar atardeceres nuevos
y atravesar ese océano sin tripulación.

Si no te miro es porque 
la arena cubre mis ojos
y el salitre me empapa el alma;
cuando algo pica también duele.


El mar provoca sed
pero te enseña a ser náufrago.

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