Desgaste.



Hablas para no oírme, y bebes para no verme. Las neuronas son incapaces de conectar los hechos sucedidos a lo largo de toda la pregunta. Y es que cuando más tarde amanece, antes permanece mi agonía por ver el sol salir, desquebrajando la tranquilidad del cielo, noctámbulo todavía. A veces me pregunto a dónde me llevan estos zapatos viejos, si tal vez con unos simples pies nuevos todo cambiaría a un color distinto. A veces me pregunto si sería todo tan sencillo como desconectar varios segundos de la realidad, dejar de pensar demasiado, pero a medida que acumulas interrogantes las respuestas se vuelven más frías y efímeras.


¿Conoces algún paradero, algún techo donde pueda cobijarme? La lluvia aquí fuera abunda demasiado, y la verdad es que no me gustaría continuar empapada.

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