Enemies.

Hay mañanas en las que el sol te da la espalda,
y otras en las que te levantas tan tarde
que los delirios forman parte de esa realidad.
Y no soy yo quien está de más.
Para qué esconder y omitir
que eres tu peor enemigo,
que cada vez que saltas
la piedra en la que caes lleva tu nombre.

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