Me quemo los pulmones
por fumarte tan lento,
las noches se me hacen largas
y nuestros nombres extraños.
Hace tanto frío ahí fuera
que prefiero desgastarme
la sonrisa
entre papeles mojados
y estos labios secos.
Pero hasta donde me llegue
la lengua
seré capaz de quererte,
y si hace falta
permíteme
fracasar en el intento,
una noche más.
una noche más.
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