A las tres menos cuarto.

Aquí me tienes
de labios cruzados
y sin pestañear.
Todo el aire de mi pecho
está contaminado
y duele al respirar.
No buceé por la nostalgia,
tampoco era educado
hablar por hablar.
Tejiendo telarañas entre
pensamientos arrinconados
y balas aún sin disparar,
me paro a fumar palabras
que quedaron en lista de espera.

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