Cuerpos celestes.



Somos los dos supervivientes
de esta catástrofe
que desencadenó
el aleteo de nuestras 
pestañas.

Contra todo pronóstico
quisiera inyectarme los matices
de tu piel en la mía.


Cada vez que te acercas
sonrío,
me acojono,
y tiemblo
tan sólo de pensar.

Encontrarme con un ojalá más
con tus manos
tus ojos
y media cama aún por llenar
de sentimientos
que colisionaron
en el Big Bang.


Mi habitación es el punto
más frío
de toda ciudad.
Y aquí estás tú,
calentándome los pies.

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