Detrás de cada secreto
hay un cuerpo
delicado
y volátil
que si lo miras
fijamente
puede llegar
a romperse
en mil pedazos.
Y detrás de cada mirada
hay un miedo
más grande
y aterrador
que el anterior
a sentirse
vulnerable y
con la guardia baja.
Quien era y
quien soy
son dos caras
de la misma moneda
que ofrezco
a gente extraña,
que regatea
con coleccionistas
de historias,
a cada cual más
trágica y penosa,
que quedaron
a medio corazón
de ser best-sellers.
Creo que voy
a seguir escribiendo
mis mierdas
en las servilletas
de los bares.
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