He sentido
el roce de tu alma
como un golpe seco
de las olas
contra las piedras.
Una mirada
estática y voraz
que me replantea
los límites de
un universo
ahora fintito.
Ir a ciegas
y sin definiciones,
apartando la ambición
con coste horario.
Nunca es tarde
para colapsar
los pulmones
de esta ciudad
y mirar hacia otra parte.
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