Canela


Todavía me quema
el brillo de tu mirada,
como si la Luna
hubiese decidido
dejar de dar vueltas
para apoyarse
en tus ojos canela.

Quedan ganas
de resistir,
sin ganar,
de negociar
otro amanecer
sin verte.

Hace tiempo que
aposté al azar
y perdí.

Tu risa no tiene precio.

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